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Quintero activa plan de verano 2026 para fomentar la cultura y el turismo local

Quintero activa plan de verano 2026 para fomentar la cultura y el turismo local

La comuna apuesta por un verano cercano a su identidad local y busca dejar atrás el estigma de “zona de sacrificio“. El Concejal Antonio Aguayo explicó que:

“La meta es proyectar un territorio que se narra a sí mismo mediante el patrimonio“.

Antonio Aguayo, Concejal de Quintero.

Esta estrategia busca transformar la oferta turística en una experiencia con sentido, posicionando a la comuna como un destino familiar y culturalmente activo.

Por: Leonora Gaete.

Identidad local y reactivación económica

Para dar sustento técnico a esta iniciativa, el municipio se ha integrado a un proyecto regional de promoción turística comunitaria, que busca fortalecer la economía local y la identidad cultural durante todo el año. Aguayo explica que hitos como el Concierto Navideño y el ciclo “Vive el verano en Quintero” funcionan como herramientas de cohesión social. La meta es que el beneficio económico de estos eventos masivos llegue directamente a los pequeños emprendedores, permitiendo que la comunidad sea la verdadera protagonista de la reactivación económica y cultural de la bahía.

La base de esta gestión se encuentra alineada con la Actualización del Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO), que define como desafío urgente el conocimiento y difusión del patrimonio histórico y natural de Quintero. Según el documento, es crucial generar intervenciones que estimulen la participación ciudadana para recuperar la “nostalgia del Quintero de ayer” y fortalecer el orgullo de pertenencia. De esta forma, la inversión en cultura se justifica no solo como entretenimiento, sino como una estrategia para mejorar la calidad de vida y la percepción de futuro de los habitantes.

Identidad generacional frente al estigma de la zona de sacrificio

Como evidencia de este compromiso educativo, el programa Guardianes del Patrimonio ha logrado sensibilizar a niños y jóvenes sobre la riqueza de su entorno mediante experiencias prácticas en atractivos locales. Esta formación de “agentes activos de cambio” es vital para que las nuevas generaciones dejen de heredar únicamente el estigma ambiental. Al valorar hitos como la Casa Estación o la biodiversidad costera, se busca que la juventud construya una identidad basada en la responsabilidad territorial y el cuidado de su legado histórico.

Finalmente, el desafío político central radica en disputar el relato que reduce a la comuna a un símbolo de contaminación industrial. Resignificar el territorio implica sostener una narrativa con acciones reales que mejoren la autoestima colectiva. Aguayo concluye que este proceso de heredar un relato distinto permite proyectar a Quintero como un lugar donde es posible quedarse y cuidar el futuro, transformando el patrimonio en el motor principal de la reconstrucción del tejido social en la península.